Un pequeño gran secreto para los bañistas que buscan tranquilidad y atardeceres rojizos. No hay cartel que la anuncie. Tras el bullicio de la Avenida de Las Playas y los primeros edificios construidos a pie de mar, se esconden estos rinconcitos de arena, pequeñas calas de ensueño que se conectan unas con otras a través de lava y a las que se llega bajando por estrechas callejuelas. El ambiente es de playa familiar y discreta.