Asentada en las faldas de la Montaña Gaida, cuenta la historia que debe su nombre al hecho de que los pobladores se asomaban a la cima de esta montaña para controlar la entrada por la costa de barcos piratas berberiscos. Hay quién dice que el nombre se debe a que era el lugar donde los pastores se asomaban para darle la vuelta al ganado ya que esta zona era zona de pastoreo antes de las erupciones volcánicas. Como fuera, la primera noticia escrita que tenemos de La Asomada es del año 1730, como una de las muchas aldeas que desaparecieron bajo las erupciones volcánicas.

Las inclinadas laderas de La Asomada hacen que este pueblo sea un balcón frente al Océano Atlántico. Este tranquilo pueblo está salpicado de casas terreras en torno a las fincas de cultivo cuenta con numerosos caminos que nos conducen hasta dos de los puntos de interés más importantes de la isla, el Parque Nacional de Timanfaya y La Geria, el corazón de la viticultura lanzaroteña.